Una vez decidimos cambiar con nuestra cocina, modificar nuestro baño o algún espacio de nuestro hogar, nos pasan por la cabeza infinidad de movimientos a hacer. Tenemos que pensar en lo que queremos ver, en la comodidad y funcionalidad de lo que nos planteamos, en aquella foto, imagen o idea que quiero plasmar para mí, para mi casa o negocio. Tenemos que pensar en cómo podemos lograr ese proyecto, de principio a fin.
Hay medidas que tomar, asesoramientos que escuchar, argumentos técnicos que tener en cuenta, alternativas para sortear los inconvenientes, condiciones que valorar…mucho es lo que hay que poner en la balanza y por eso hay que ponerse en manos de buenos profesionales.
Para empezar, deberíamos tener una idea preconcebida de lo que nos gustaría tener, del proceso terminado. Pensar: quiero esto! Y con esa idea, tocar la puerta de la persona que pueda conseguírmelo. Esa persona, debería poder aconsejarme sobre las mejores opciones según mi planteamiento inicial. Materiales, espacios según medidas, orientación y valorar todas las posibilidades. Con ello, entregar un presupuesto y mover las teclas necesarias para ajustarse a lo que nos conviene.
En ese momento, en el inicio, toca elegir con qué material haremos nuestro proyecto. De ello dependerá la gran mayoría de los factores colindantes. Y ahí tenemos que tener en cuenta el Solid Surface. Un material novedoso, que está triunfando allá donde se instala.
El Solid Surface es un material muy agradecido, que está desbancando al mármol, Silestone y madera. Tales son sus ventajas y propiedades, que abre un mundo de posibilidades, imposibles de conseguir con lo que conocíamos hasta ahora. Con lo cual, ya no necesitamos acotar nuestra idea, si no pedir lo que queremos, y delegarlo en unas buenas y técnicas manos.
Como ejemplo, os contaré que algo que suele condicionarnos, a la hora de elegir un material de este tipo, es la limpieza y mantenimiento de la superficie. Las manchas, la frecuencia de limpieza, la porosidad, que hará que el color traspase y no se vaya, los productos específicos para el lavado, la resistencia a los golpes…Todo ello no será ninguna preocupación, si tenemos Solid Surface. Además de todas sus ventajas a nivel higiénico, es antibacteriano. Y, en caso de hacer falta, podría repararse rápida y cómodamente de forma manual, total o parcialmente.
Algo que llama mucho la atención, son sus resultados. Los acabados del Solid Surface en mate o satinado dan una sensación de pureza infinita. Y es que, al poder elegir el color que queramos, nos da la posibilidad de jugar con esos matices que harán único y especial nuestro proyecto, una vez finalizado e instalado.
Sin duda, el Solid Surface es tu material a elegir.